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sábado, 29 de noviembre de 2008

Redención 2

Esta es la ceremonia de la muerte.
La tumba los acogerá con amor.
Entréguense a la muerte.
Restituyan
lo que les ha sido prestado.
Renuncien a vuestros placeres,
a vuestro dolor.
Renuncien a vuestros amigos,
a los amantes.
Renuncien a la familia,
al pasado.
Abandonen lo que odian,
lo que desean.
Conocerán la Nada.
Es la única realidad.
No tengan miedo.
Es tan fácil dar.
No están solos.
Tienen una tumba.
Ella es su Primera Madre.
La tumba es la puerta de su renacer.
Ahora se abandonarán al animal creyente
que llama a su cuerpo.
No traten de retenerlo,
recuerden que era un préstamo.
Renuncien a sus piernas,
abandonen sus sexos,
su cabeza, su sangre,
sus órganos, sus huesos.
No deseen más posesiones.
la posesión es el último dolor.
La tierra cae sobre su cadaver.
Viene para cubrirlos de amor
porque es la verdadera carne de ustedes.
Ahora son un corazón vacio,
dispuesto a recibir
su verdadera esencia,
su perfección,
su nuevo cuerpo,
que es el Universo,
la obra de Dios.
Van a renacer de nuevo, serán reales.
Serán su padre,
su madre, su hijo,
su perfección.
Abran los ojos.
Son la tierra, son la hierba,
son el cielo, son los otros.
Son la esencia.
Miren las flores.
Miren las flores.
Por primera vez, miren las flores.

--El Alquimista

(The Holy Mountain, A. Jodorowsky)

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